❤️Hace un momento,estuve leyendo algo que me sacó lágrimas.
Yo, cómo tantas otras mujeres, quise ser feliz y aposté al amor.
Un día me crucé en el camino con el hombre que amé y nos casamos.
Creí que habíamos tomado la decisión correcta, pero no fué así.
Me habría encantado envejecer teniendo a mi lado, al hombre que elegí.
Tener y poder contar cada día con ese ser que llegó a mi vida, hubiese sido muy bello.
Las parejas que deciden estar juntas, deben estar siempre unidas,por el amor,el respeto y el compañerismo.
Creo que para lograr eso, las dos partes deben alimentar ese amor, para que no se debilite y muera.
Hay que ser muy fuerte para aceptar con una sonrisa la llegada de la vejes.
Muchas veces, eso de que recibirás lo que siembras no se cumple.
Hay hijos,que olvidan todo lo que los padres hicieron por ellos.
Y si se les llama la atención por algo que no es correcto, te responden " yo no te pedí nacer ".
Por supuesto que también hay hijos y nietos que aman realmente a sus padres y abuelos..... pero son los menos.
Los viejos, tememos llegar a no poder valernos por nosotros mismos, porque no quisiéramos que nuestros hijos o nietos, deban interrumpir su ritmo de vida, por nuestra culpa.
Hay tantas enfermedades que llegan con los años y nos sentimos impotentes, porque no es suficiente nuestro deseo para poder revertir ese tipo de situaciones.
Con los años, muchos nos convertimos en seres inoportunos, que decimos o hacemos cosas que para los jóvenes son incoherencias.
Debemos callarnos para no molestar y la tristeza llega y se instala en nuestro ser.
Creo que la mayoría de los viejos, pedimos a Dios que nuestro momento de partir, sea igual que cuando vamos a dormir.
Hay que tener mucha, pero mucha fuerza, para seguir proyectádonos en la vida,para seguir persiguiendo sueños.
Hay que tener mucha fuerza, para que el niño y el joven que viven en nuestro interior, nunca nos abandonen ❤️*.
Esilda Serignani.
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País: Argentina 🇦🇷.