martes, 10 de agosto de 2021

Es difícil aceptar.


❤️No es fácil,aceptar que los años pasaron.

Llegada a esta edad, comienzo a recordar con nostalgia, mi infancia,(etapa en la que todo era mágico), mi adolescencia (dónde pasaba rápidamente, del llanto a la alegría).

Después llegó la juventud,plagada de ilusiones, dónde mi principal objetivo era casarme y  convertirme en mamá.

Y así.... pasaron los años,sin que me diera cuenta.

Cumplí la etapa laboral...y ahora me toca continuar viviendo.

Es para mi,muy difícil enfrentarme a nuevas cosas.

Ahora cuando ya soy dueña de mi tiempo,me toca prepararme para seguir desafiando la vida.

Ahora hay que caminar, aunque no tenga deseos (sino lo hago,se van a endurecer mis articulaciones), hay que visitar más seguido al médico ( porque ya, comienzo a tener síntomas, de alguna enfermedad).

Ahora,tengo que dibujar sonrisas en mi cara y mi voz debe sonar cual alegre cascabel.

No puedo andar contándole a todo el mundo,lo que me pasa.

No creo que a muchos les interese,mi estado de ánimo.

Cómo lo que más anhelo,es la paz de mi alma, aunque yo tenga la razón prefiero callar,para evita conflictos.

Muchas cosas han cambiado, y a causa de eso me da tristeza.

Las personas,a las que antes, les parecía que yo era importante, aquellas que buscaban protección en mis brazos,ya no son las mismas.

Ahora,  yo ya no sé nada, porque vivo atrasada, porque me quedé en el tiempo.....

Pienso, que si continúo viviendo, comenzaré a tener problemas cognitivos, y también seré un problema más para los que me rodean.

Creo que muchas personas de mi edad,piensan igual que yo.

No quiero ser una carga familiar, no quiero ser esa cosa, que debe pasar una semana en la casa de cada hij@.

Cuando el deterioro, habite en mi mente, y ya no sea dueña de mis actos, quiero terminar mis días, en un hogar geriátrico ❤️*.
     Esilda Serignani.
Derechos reservados del autor.
País: Argentina.🇦🇷
Imagen tomada de la web.

323 9 de octubre 2023

❤ Recuerdo la tristeza de tus días..... Me contabas que la amabas y en tu afán de no perderla, soportabas todo lo que ella te hacía.  Sabias...